Ir al contenido principal

Tengo una convicción, un sueño por cumplir.


Tengo una convicción, unas profundas ganas entre pecho y espalda de expresar mi sentir, el sentir democrático de un muchachito que votará en presidenciales por primera vez, que lee noticias de política con la misma avidez con que, hace no muchos años atrás, veía muñecos en la televisión y jugaba por canicas. Pero el asunto no es nuevo, esto de informarse sobre la realidad nacional, sobre conocer cómo funcionan y como se hacen las cosas es un interés viejo, uno promovido pobremente por nuestra sociedad, donde tan populares se hacen el “no pregunte”,” no hable muy duro porque no sabe quien lo escucha” y “las cosas siempre se han hecho así”, el afán de mejoramiento y la ideas, esas de una Colombia mejor, se ven mutiladas y con sus alas cortadas aun cuando ni si quiera han levantado vuelo.
Tal vez por eso y por hastío, por un rechazo tan ampliamente fomentado es que la población colombiana rechaza los temas de política, con la máxima de que” eso es igual si al final todos roban”, resignados, abrumados por la realidad nuestro país, nosotros los ciudadanos decidimos aceptar eso como algo normal y perdimos la capacidad para sorprendernos ante los escándalos de corrupción y los abusos de poder, así como cada muerte por las FARC duele poquísimo en un país acostumbrado a los muertos, cada peso robado es algo socialmente aceptado, acá la honestidad se convirtió en novedad y la desconfianza es casi que una actitud inculcada en casa como norma de supervivencia.

Por innumerables años tuvimos miedo, miedo al cambio, miedo a pensar diferente y un profundo miedo a sorprendernos con un pensamiento revolucionario y novedoso en nuestra mente o apagando y reprimiendo siempre el fogonazo en el pecho que podría impulsarnos a hacer lo que consideramos correcto, por miedo. En las calles y en las casas cada pequeña conversación reclama un cambio desde hace décadas, sin embargo cada uno de nosotros sigue haciendo lo mismo, pensando estúpidamente que aun así podríamos obtener resultados diferentes, en una era donde crecimos viendo superhéroes esperamos que venga un mesías a cambiarlo todo y el estado, ese ente tan ajeno y lejano se convierte en el responsable de mostrar los resultados para los ciudadanos, esos criticones y enfadados ciudadanos que exigen cambio pero no votan en las elecciones o votan por los mismos de siempre, siendo tan tamañamente contradictorios. Incluso nos encontramos con votantes juiciosos, pero que creen que con depositar su voto en la urna hicieron todo lo que les correspondía y que será el elegido por el pueblo el responsable de sacar del sombrero las soluciones a todos los problemas. Saramago alguna vez lo dijo, es esa la falencia de la democracia, al menos la es si los ciudadanos no estamos educados hacia tener una cultura participativa y seguimos pensando que el estado es una cosa lejana y abstracta, manejada por unos pocos, capacitada para determinar el rumbo de nuestras vidas y a quien hasta miedo debemos tenerle ¿En qué momento tantos colombianos olvidamos que el estado somos todos? Como si no fuera vieja la frase que reza que el pueblo no debe temer al gobierno sino el gobierno al pueblo, porque un mejor país no se construye sólo marcando un equis en un papel, sino con la actitud diaria y las convicciones fuerte de lo que es correcto (que muchas veces coincide con lo legal) y la sabia diferenciación entre el bien y el mal, entre lo limpio y lo corrupto, entre el delito y la honestidad, pero esa diatriba la disfrazamos en la del bobo vs el vivo, donde aplaudimos al vivo, a ese que sacó más plata de la que era, que se voló el semáforo para llegar más rápido, a ese valiente que se burla de las normas, nosotros que tanto nos quejamos aplaudimos al vivo destruyepaís y avergonzamos al bobo legal, honesto y gestor de cultura.

En Colombia el idealismo es pecado, nos consideramos incapaces de mejorar y el conformismo es el valor más ampliamente instaurado, porque la frustración y las ansias de mejorar que cada quien alberga en el alma quedan escondidas y oprimidas por el yugo social que nos obliga a callar.
El domingo podría haber revolcón social, yo quisiera que cada uno se despertara con la convicción de que es necesario votar y expresar nuestro sentir como colombianos y rezo por que cada quien logre crear un imaginario de país, uno donde los problemas sean vistos más allá de las FARC , y luche porque ese imaginario sea realidad, el primer paso es votar con consciencia, más allá de lo que diga una cadena de televisión, votar por las maneras por las formas y por lo que el candidato de preferencia representa.
Yo quiero que Colombia pase la página de la parapolítica, de la farcpolítica, de la AUC, las chuzaDAS, de AgroIngreso Seguro, yo quiero que Colombia pase la página de la corrupción y empiece a crear bases fuertes de progreso desde los ciudadanos, aquellos individuos con labores cotidianas y rutinarias que día a día son el país, la gente como usted y como yo que no necesita tener apellido famosos, vestir de traje o tener cámaras que lo sigan para ser importante, porque usted y yo somos Colombia.

En esa línea de pensamiento, Mockus me entusiasmó, porque representa lo que yo quiero para mi país, lo que quiero para mí, mis amigos, mis vecinos y para cualquier perfecto desconocido que comparte patria conmigo y con otras cuarenta millones de almas, cada quien con sus sueños que esperan por ser cumplidos. El domingo voy a votar por la educación, los recursos públicos sagrados, la cultura ciudadana, el “no todo vale” y el “salvemos todos al país”, voy a votar por un cambio para obtener resultados, voy a votar porque es mi derecho y además mi deber y voy a votar por Antanas Mockus porque encarna cada pequeña convicción que guarda mi alma, porque estoy en sintonía con él en unos principios inamovibles e innegociables y porque sé que representa algo mucho, muchísimo más profundo que el valor de un salario médico, el desmonte o no de los parafiscales o una excepcional capacidad de oratoria, por eso es el entusiasmo en las calles y universidades, por ese cuentico de que la vida es sagrada es que unos locos nos vestimos de verde y seguimos a otro loco tan loco como nosotros que cree que cambiar para bien es posible, porque ese loquito ciudadano clase media y altamente educado es un revolucionario que lucha contra el conformismo y las malas culturas, porque él tiene el valor de censurar al vivo y espera que todos nosotros seamos más bobos, más legales, más cultos y más educados, porque nos quiere democráticos y porque cree en la educación como el motor del progreso.
Tal vez su mayor locura es la de una política limpia, sin favores personales, clientelismo ni reglas amañadas. Yo le creo, lo creo posible, lo quiero posible y lo necesitamos posible. No es Antanas un salvador, pero es un buen entendedor y ejecutor, no es el único buen candidato, que yo estaría tranquilo con 4 de los actuales candidatos como presidentes, hombres brillantes, de ideas firmes y convicciones recias (Mockus, Vargas, Pardo y Petro).

Pero Mockus representa lo que quiero, lo que sueño más profundamente, el primer paso necesario para seguir creciendo, puede que usted no vote por él, pero por quien lo haga espero que lo haga creyendo en un mejor país y no sea estúpido, deje de esperar resultados diferentes ejecutando iguales prácticas, crea en el cambio y pierda el miedo a lo diferente, crea en Colombia y la democracia, crea con libertad y por nada del mundo, deje de creer, dele alas a cada pequeño sueño, no reprima y mutile más las alas de la novedad y cambio de costumbres y luche incansablemente por convertir eso en realidad.

Diego Cruz, un ciudadano del común.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Un articulado de ambiciones, la necesidad de recordar viejas lecciones y un inmenso cúmulo de miedos.

En los últimos días ha habido un clima convulso rodeando el tema de la educación superior en Colombia, por cuenta de la propuesta de reforma a la Ley 30 que ha presentado el Gobierno Nacional. Los defensores de la Universidad Pública han puesto el grito en el cielo ante lo que dicen es una amenaza de, la eternamente temida, privatización. El próximo jueves 7 de marzo se ha realizado una convocatoria nacional para manifestarse en contra del intento de reforma de la Ley 30 y el Plan Nacional de Desarrollo presentado. Debo confesar que no tengo la más mínima intención de leer el nuevo Plan Nacional de Desarrollo, pero hice la tarea de leer juiciosamente los documentos que el Ministerio de Educación ha puesto al alcance de todos en la página www.colombiaaprende.edu.co, entre ellos la Propuesta de Reforma completa, el cuadro comparativo entre las 2 leyes y una especie de FAQ que justifica la presentación de esta Propuesta. Me resultó necesario leer la tan citada reforma para poder for

Introducción

Los locos inventamos mundos mientras los cuerdos viven en mundos inventados Es bueno preguntarse el por qué de nuestros actos, mirar el pasado y evaluar lo que hicimos, no mortificarnos con el "lo que pudo ser" pero si tratar de no cometer errores ya cometidos. Creo que ya tuve un blog, creo que todavía lo tengo, pero en esa época no sentía que lo necesitara y debe vagar sin ningún sentido en la red a la vista de cualquier inoficioso. En este espacio por el hecho de entrar te arriegas a leer de todo y tal vez llegar a conocerme un poco, tal vez llegues a vislumbrar quien soy a través de mis palabras, tal vez encuentres esto tedioso y sin sentido o tal vez sientas como yo he sentido leyendo a otros, que leyendo mis palabras entras en contacto con mi alma. Bienvenido a este espacio desconocido donde todo puede pasar y todo puede aparecer, donde de todo puedo escribir. Te aseguo que para mi aún es una sorpresa que voy a publicar

Nuevo estilo ¿?

Quiero darle a este espacio la vida que no ha tenido nunca, la vida que quiza nunca tendrá. Con sinceridad no sé que escribir acá, últimamente no sé que escribir, de manera que prefiero publicar escritos ajenos pero de mi agrado. ¿Cómo va a ser tu día hoy? Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes que el reloj sonara. Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener. Hoy puedo quejarme porque el día esta lluvioso o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo regadas. Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia. Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo regocijarme de que estoy vivo. Hoy puedo lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido. Hoy puedo llorar porque las rosas tienen espinas o pued